Ventajas para el consumidor

#ComercioLocalEsVital

La proximidad

Como su nombre lo indica, los comercios de proximidad son accesibles por estar en el entorno directo del consumidor, es decir, cerca de las áreas residenciales del área de influencia. No es necesario desplazarse a kilómetros de distancia, a menudo se encuentran en los bajos de los edificios de su hogar en áreas urbanas o de fácil acceso en transporte público. Al final, el cliente puede ahorrar tiempo y ganar una cierta calidad de vida. Al evitar desplazamientos que resultan demasiado largos para realizar compras adicionales, el consumidor se ahorrará el estrés de los atascos y de los aparcamientos abarrotados. La proximidad permite una mayor flexibilidad, no dudamos en ir al supermercado del barrio dos veces al día porque nos falta un ingrediente, por ejemplo.

La convivialidad

En esta época de digitalización de los estilos de vida, el contacto humano que encuentra el cliente en el comercio de proximidad resulta reconfortante. Lejos del anonimato de los hipermercados, los comerciantes y vendedores locales desarrollan una relación más rica con sus clientes. La camaradería es un elemento esencial que se encuentra en estas relaciones y es una de las expectativas del consumidor. De hecho, por definición, los clientes realizan compras allí muy regularmente, lo que contribuye a que el vendedor acabe conociendo al cliente. Los vínculos de confianza se crean más fácilmente, el comerciante conoce a su cliente y sus hábitos e incluso puede darle crédito o prestarle determinado material para que lo pruebe sin compromiso. Además de la relación de confianza que lo une al comerciante local, el cliente también apreciará la cordialidad compartida con otros clientes que pueden ser vecinos o amigos con los que se encuentre regularmente en estas tiendas.

La personalización

Gracias a las visitas regulares, el comerciante o vendedor conoce a sus clientes personalmente. De hecho, en estos negocios locales, hay poca rotación, por lo que el vínculo cliente-comerciante suele crearse a lo largo de varios años. Este conocimiento del cliente es un activo real para el consumidor, ya que el comerciante adaptará su servicio y asesoramiento de forma natural para mejorar aún más la experiencia del cliente. Por ejemplo, la pequeña ferretería en el centro de la ciudad frecuentada durante varios años podrá brindar el mejor asesoramiento al cliente al conocer de primera mano su historia y su talento practicando el bricolaje (ya sea mucho o poco).

El vínculo social

El impacto del comercio local va mucho más allá de la convivencia. Para algunas personas aisladas, como por ejemplo los ancianos, el comercio local representa un fuerte vínculo social. Las visitas diarias a tiendas como panaderías y carnicerías animan a estas personas a salir de sus hogares y conocer a otras personas. Se dan a conocer a los comerciantes y al vecindario, lo que ayuda a combatir el aislamiento que a veces pueden sufrir. Además, muy a menudo los más jóvenes darán sus primeros pasos en la vida económica frecuentando las tiendas del barrio. El comercio de proximidad representa un entorno seguro que incorpora todos los usos de cortesía y socialización útiles para el desarrollo de los niños, así los padres se sienten tranquilos cuando dejan que su hijo de 10 años baje a comprar el pan el domingo por la mañana.

La calidad

Para diferenciarse de la gran distribución, insuperable en precios, las tiendas locales a menudo ofrecen productos o servicios más cualitativos. Estas tiendas se centrarán más en productos artesanales, producidos localmente y que ofrezcan una muy buena imagen para los consumidores. Además, la relación tan cercana del comerciante con su cliente influye fuertemente en su reputación. Esto induce en el consumidor una sensación de tranquilidad con respecto a la calidad de los servicios y productos prescritos por su comerciante de confianza. Por lo tanto, el comerciante que conoce a sus clientes estará más atento a ellos porque su lealtad es el elemento esencial para la sostenibilidad de su negocio.

La reactividad del servicio

El servicio postventa de las principales marcas puede ser tedioso y lento, y a menudo el consumidor se verá obligado a tratar con una plataforma telefónica alargando todavía más el proceso. Por el contrario, las empresas locales saben que deben su supervivencia a los clientes locales a quienes deben proporcionar un servicio muy reactivo. Además, el tamaño de la empresa y el reducido número de interlocutores permiten respuestas más personalizadas.

Más facilidades gracias a la digitalización

Cada vez más, el negocio local tiene presencia digital, sacando partido de canales como las redes sociales, las páginas web o las tiendas online, y de sistemas innovadores como el pago móvil. Poco a poco se establecen nuevos sistemas de distribución, como el click and collect que permite a los clientes solicitar un producto desde su ordenador o dispositivo móvil a su comerciante y recogerlo durante el día, a menudo dentro de una hora. O como la compra online con entrega rápida, en la que la proximidad de estas tiendas permite una reactividad muy alta en los tiempos de entrega, a menudo en menos de una hora. Además, a menudo se prefieren medios de transporte urbanos más ecológicos (bicicletas, scooters, etc.).

El apoyo a la economía local

Comprar en tiendas locales es casi un compromiso cívico. De hecho, todo el gasto realizado en estos comercios contribuye al dinamismo de la economía local. Por un lado, estas compras generan impuestos que retroalimentaran parcialmente a los servicios sociales y de organización de la ciudad y del país. Por otro lado, elegir gastar dinero en las tiendas locales beneficia directamente el empleo de la zona. Finalmente, el apoyo a esta economía local contribuye a la revitalización general del barrio o del municipio. Mantener estos negocios mantiene el círculo virtuoso de las ciudades dinámicas al atraer poblaciones activas, familias y, por lo tanto, mantener escuelas y servicios públicos. Al final, el comercio local es un vínculo esencial en el equilibrio de un municipio.

El medio ambiente

Frecuentar las tiendas locales ayuda a reducir las emisiones de dióxido de carbono vinculado a los desplazamientos. Dado que estas tiendas están cerca de los hogares de los consumidores, a menudo estos eligen ir allí de camino o vuelta del trabajo, lo que limita el impacto ecológico. La proximidad de estas tiendas también permite favorecer los modos de transporte ecológicos, como caminar, andar en bicicleta, el transporte público, etc. Además del medio de transporte, debe tenerse en cuenta que el comercio local, especialmente las pequeñas empresas independientes, a menudo favorecen la venta de productos locales, reduciendo transportes y por consiguiente la huella de carbono. En resumen, al reubicar nuestro consumo, también adoptamos un comportamiento ecológicamente responsable.

La salud

El hecho de hacer un menor uso de los transportes motorizados y priorizar transportes como la bicicleta o andar, contribuye a la realización de ejercicio físico, con los beneficios que ello conlleva para nuestra salud. Recuerda que es recomendable caminar al menos 30 minutos al día para mantenernos en forma y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.